Si hablamos de hackers tenemos que remontarnos hasta la década del 60, cuando se dio la aparición de estos grandes eruditos de la informática, que más tarde en los años 80 desviaron sus conocimientos para cometer delitos de manera anónima y solapada.
Pequeñas y grandes empresas, gobiernos y simples ciudadanos han sido y siguen siendo víctimas de ciberataques. Nadie se salva de caer en la trampa.
Durante los últimos años, los casos de ciberamenazas subieron de manera escandalosa, lo que despertó la alerta de las grandes empresas para combatir esta problemática.
Para ello, hay que comprender de qué manera atentan contra la seguridad de sus bases de datos, y de esa manera, contra la información personal de los clientes.
Tipos de ciberamenazas
Existen varios tipos de amenazas a las que la ciberseguridad debe hacer frente, pero estos son los principales:
Ciberterrorismo: generalmente se dirige a sistemas electrónicos gubernamentales con el fin de causar pánico o terror, buscando desestabilizar la organización. En Argentina, por ejemplo, ya van varios meses en los que el Congreso no puede acceder a archivos importantes porque fueron hackeados.
Delito cibernético: este es el más común que podemos percibir en la actualidad. Se ataca principalmente a sistemas de bases de datos, por ejemplo, datos bancarios, con el fin de obtener “beneficios” financieros. Durante la pandemia por coronavirus, este tipo de delito creció exponencialmente debido a que mucha más gente comenzó a utilizar sus tarjetas para hacer compras online.
Ahora bien, ¿cómo es que hacen estos expertos de la informática para irrumpir en la seguridad de las empresas y las personas?
Para eso, usan distintos métodos que a continuación detallamos:
Malware: es el más utilizado, se envía comúnmente por medio de un correo electrónico o se camufla en un enlace de descarga con apariencia legítima y transporta lo que conocemos como virus, dañando el equipo del usuario.
Phishing: también es uno de los métodos más usados y uno de los que más víctimas genera, debido a que aparenta ser un correo electrónico que envía una empresa legítima y solicita datos personales como, por ejemplo, números de tarjetas de crédito.
Inyección de código SQL: se implementa para acceder a base de datos. Muchas de las aplicaciones de base de datos utilizan el lenguaje SQL (Structured Query Language) y los criminales aprovechan sus conocimientos sobre las falencias que puede llegar a presentar, y envían códigos maliciosos que les permite robar la información que ésta contiene.
Man in the middle: a través de este método se intercepta la comunicación de dos dispositivos con el fin de robar datos. Por ejemplo, por medio de una red de wi-fi no segura.
Para nuestra tranquilidad, así como es posible cometer estos delitos, también es posible combatirlos.
Por eso, muchas de las empresas que han sido víctima de estos ataques, decidieron poner como prioridad en sus agendas la práctica que permite luchar contra estos ataques: la ciberseguridad.
¿De qué manera se puede proteger la información personal cuando en la actualidad todo pasa por la informática? A continuación, te dejamos algunos consejos:
Mantener actualizado el sistema operativo: De esta manera, las herramientas de seguridad siempre estarán al día ante posibles ataques, sin dejarse engañar por nuevos métodos.
Utilizar antivirus: Estos softwares son imprescindibles para detectar, alertar y eliminar las amenazas. En este caso también recomendamos mantenerlo actualizado.
Utilizar contraseñas seguras: Así, no será tan fácil de acceder a la información.
No abrir archivos adjuntos o enlaces de correos electrónicos de remitentes desconocidos: porque podrían estar infectados de malware.
Evitar el uso de redes Wi-Fi no seguras en lugares públicos: para evitar que el cibercriminal intercepte la información por la debilidad en materia de seguridad que presentan estas redes.
¿Te pareció útil esta información? ¿Conocés otro tipo de herramienta para combatir los ciberdelitos? ¡Dejanos tu comentario!